Hector G. Oesterheld. Con el viento de cara

"Hector G. Oesterheld. Con el viento de cara", 

por Pepe Gálvez



"Le despojaron hasta de la palabra fin"


En el mediodía de abril de 1977, un numeroso grupo de gente armada perpetraron, con absoluta impunidad,
una criminal agresión contra el más importante guionista argentino , y uno de los más reconocidos del mundo. Con estas palabras se describe y se denuncia en un escrito firmado en Mayo de 1977 por familia y amigos de
Hector Germán Oesterheld, la desaparición de este.

Me cuesta activar la memoria sobre aquellos convulsos años, en los que aquí finalizaba una dictadura, pero del
Cono Sur de América nos llegaban noticias continuas sobre el horror convertido en política por regímenes militares.
Al golpe de estado de 1972 en Chile, le habían seguido en 1973 Uruguay y en 1976 Argentina. En esta última se extendió
y consolidó la practica represiva la de la “desaparición” de sus oponentes:. Esta figura, que La Convención Interamericana
sobre Desaparición Forzada de Personas, firmada en 1994, lo define del siguiente modo:

"Se considera desaparición forzada la privación de la libertad a una o más personas, cualquiera que fuere su forma,
cometida por agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúen con la autorización, el apoyo o la
aquiescencia del Estado, seguida de la falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad
o de informar sobre el paradero de la persona, con lo cual se impide el ejercicio de los recursos legales y de las garantías
procesales pertinentes."

Esta práctica significó un paso más allá en la degradación deshumanizadora del conflicto político y social, al privar a los
adversarios y enemigos del reconocimiento de su muerte en combate o por ejecución legal o ilegal. Con ella se extendía
sin ningún tipo de traba, ni jurídica ni de opinión pública, la represión más bárbara, con el objetivo, casi conseguido,
de aniquilar al enemigo interno.

La familia de Oesterheld se vio especialmente afectada por esa especial figura represiva. Según Rafael Bielsa en el
prólogo a Latinoamérica y el Imperialismo ; 450 años de guerra : Primero fue su hija Beatriz en mayo de 1976,
dieciocho días después de su desaparición su cadáver fue entregado a su madre Elsa Sánchez de Oesterheld .
Quince días después de la muerte de de Beatriz, en Tucumán es asesinada su hija Diana ( embarazada de seis o
siete meses)…. El 27 de Abril de 1977, Oesterheld, fue secuestrado por un grupo de tareas del Ejercito… No se
ha confirmado cuál fue su destino final ni se han hallado sus restos , se sospecha que fue asesinado en Mercedes en 1978.

El 14 de diciembre de 1977, otro grupo de tareas irrumpe en la casa de su hija mayor Estela. La asesinaron,
a quemarropa, junto a su marido Raul Tórtola. … Para entonces, su hija Marina- la más joven y que estaba en
el octavo mes de embarazo-ya había desaparecido.

A Héctor Germán Oesterheld sólo le sobrevivieron su esposa Elsa y sus dos nietos, Fernando y Martín.

En esas líneas se nos describe una persecución implacable, una tragedia en la que la el horror se instala y domina
el enfrentamiento político y en la que el bando más débil es exterminado de forma inhumana. Una tragedia que
también nos da testimonio de la intensidad de una militancia, del grado del compromiso de los que como Oesterheld
retaron a aquel monstruoso delirio represivo.




En la montonera
Oesterheld que se movía en el entorno de la ideología peronista, es decir en una especial síntesis de nacionalismo
panamericano y humanismo progresista, se radicaliza tras la frustración de las expectativas de cambio político generadas
por el regreso de Perón. Pasa entonces a militar en el comité de prensa de los Montoneros, un grupo que quería representar
la tradición más popular del gobierno de Juan y Evita Perón, en contra de la actuación derechista, cuando no claramente
reaccionaria del gobierno de María Estela Martínez de Perón, segunda mujer del dirigente populista. Esta formación
asimila parte del análisis marxista de la realidad y preconiza una especie de síntesis de” socialismo nacional”.




Cambiar la vida, cambiar la ficción



Tras escribir lo anterior siento que el mensaje que transmite su final puede marcar, incluso condicionar, la visión sobre
el contenido político de su obra, pues la liga a una militancia concreta y a un desenlace trágico de la misma. Y con ello
nos puede inevitablemente introducir, contaminar con, la noción de extremismo, y más aún desde la acomodada perspectiva
que nos permite la distancia socio-política temporal y geográfica con que podemos contemplar esos hechos. Pero antes de
emitir juicios fáciles creo que es necesario tener en cuenta que el asalto armado a los cielos revolucionarios de buena parte
de la izquierda sudamericana, tenía mucho de un intento de escapar del infierno de gobernantes autoritarios y corruptos, de
militares golpistas y del dominio agobiante siempre presente de los intereses yanquis.

Por otra parte la vertiente política de su creación historietística no se plasma únicamente en libros o series claramente
comprometidos con unas ideas o con una opción partidista, como si sucedió en los últimos años de su vida, sino que hay
también una actuación más implícita que cuestiona en la ficción roles y códigos tradicionales de los géneros y plantea
alternativas innovadoras y progresistas. Así nos lo testimonían las propias palabras del autor en la entrevista que le
realizaron Carlos Trillo y Guillermo Saccomano, publicada en el libro Hector G. Oesterheld: el simple arte de narrar,
publicado por la semana Negra de Gijón de 1998 como catalogo de la exposición dedicada a Albert Breccia y
Hector G. Oesterheld, cuando a la pregunta-afirmación de Trillo: Por ejemplo, vos nunca hiciste una historia maniquea.
O decididamente, a favor de la injusticia. Oesterheld, responde entre otras cosas: Es que uno lee esas historias de la legión,
como Beau Geste y se da cuenta de otras cosas. Y uno ve a los tipos peleando desde el fortín y a los otros , los que atacan
a cuerpo descubierto . El coraje que hace falta para salir a la arena y venir a atacar ese fortín... ¿ donde se le va la
simpatía a uno ? . la simpatía se le va con el pobre ensabanado que viene ahí a atacar. En estas palabras aparece con
claridad la empatía hacia el más débil, así como la opción por el respeto al valor de los que siempre han sido estigmatizados
como malos por la ideología dominante en el marco de la aventura de ficción occidental.

El compromiso ideológico se inscribe desde la empatía hacia lo humano que le permite en las aventuras de Mort Cinder
enaltecer el coraje suicida de Leonidas y sus espartanos en las Termópilas, pocas páginas después de mostrar comprensión
y aceptación de la figura de un personaje como Charlie Mclarnin, que había abandonado a sus compañeros en una actuación
dominada por el miedo y la consiguiente cobardía.

En esa valoración que antepone el cariño cotidiano, que el personaje muestra por su madre, al heroísmo, influye sin duda
alguna el hecho de que la lucha de Leonidas se inscriba en la resistencia de un pueblo pequeño a la invasión de un imperio,
mientras que la traición de McLarin se produce en medio de una guerra interimperialista, la Iª Guerra Mundial.

Siguiendo con el tema bélico hemos de ir a parar a la serie Ernie Pike ( homenaje al corresponsal de guerra Ernie Pyle), cuyo
personaje central sirve como excusa para ofrecer un amplio abanico de narraciones centradas en la segunda guerra mundial,
que era en aquellos años una fuente de historias y de escenarios, recientes y a la vez lejanos y que Oesterheld explotó con ese
peculiar sentido de la narración que aunaba el encanto de la aventura con el intimismo humanista. Por ello en estas historietas
la épica de la heroicidad juega un papel fundamental, pero está alejada del correlato de la conquista de la gloria e incluso del
triunfo de la victoria y por el contrario muy cercana a una ética de la supervivencia digna. Todo ello dentro de un escenario
en el que las personas regresan a la condición de las bestias, porque la guerra es un escenario que en sí ya es una derrota
para la condición humana.




El héroe nuevo
Por otra parte, en su tratamiento de los protagonistas de sus aventuras de ficción, Oesterheld introduce elementos que varían
los esquemas narrativos al uso entonces y aportan un sesgo cercano a sus ideas. En el libro Hector G. Oesterheld: el simple
arte de narrar y en Libro que la revista Fierro dedicó a Oesterhoeld en septiembre de 1985 aparece el artículo de Juan
Sasturaín Oesterheld y el héroe nuevo En el se señalan las aportaciones innovadoras que realizó a la definición del héroe
en sus historietas. Así después de señalar que “ para Oesterheld la acción - ante el peligro y la inminencia de la

violencia - es la decisión personal de perderse, Arriesgarse , salir de uno y encontrarse con el otro”, nos destaca
la marginalidad de sus protagonistas, de forma que el héroe no permite una identificación conservadora sino que resalta

una posición distante de la dominante socialmente. Por otra parte en El Eternauta da forma a la figura del héroe colectivo,
en la que personalidades corrientes y comunes interactúan entre ellas para a través de la solidaridad hacer frente a una

situación extraordinaria que amenaza al ámbito social en el que se definen. Es esta una aportación clave y poco desarrollada
en la cultura popular y sobre la que el autor dejó escrito en el prólogo de El Eternauta lo siguiente: “Ahora que lo pienso
se me ocurre que quizás por esa falta de héroe central, El Eternauta es una de mis historias que recuerdo con más placer.
El héroe verdadero de El Eternauta es un héroe colectivo, un grupo humano. Refleja así , aunque sin intención previa,
mi sentir íntimo: el único héroe válido es el héroe “en grupo” nunca el héroe individual, el héroe sólo”

Hay que destacar también que en la trama de El Eternauta, y de forma similar en la posterior “La guerra de los Antartes,
al definir una situación de invasión de Argentina por alienígenas ante la indeferencia de las grandes potencias establece
una clara referencia a ese nacionalismo antiimperialista que forma parte esencial de su ideología y que expondrá
explícitamente en obras como Latinoamérica y el imperialismo 450 años de guerra. Es en coherencia con esa visión
que Sasturaín señala la aportación de lo que llama el cambio de domicilio de la aventura desde el marco yanqui,
dominante en la cultura de masas, al suelo patrio, de forma que “la circunstancia argentina se convierte en materia aventurable”




El último combate



El Che, Evita y Latinoamérica y el imperialismo: 450 años de guerra son las obras más explícitamente políticas de
Oesterheld. Dentro de los límites voluntariamente trazados del contexto latinoamericano la primera tiene una visión
más general, mientras que las otras dos se centran en el contexto argentino y responden a una voluntad propagandista
de su militancia concreta.




El Che
Editado en1968 en Argentina. En España

Primera de un proyecto de una serie de biografías que no llegó a desarrollarse más allá de la segunda dedicada a Evita.
El planteamiento narrativo alterna la recreación de fragmentos del diario de El Che sobre sus últimos días con la
reconstrucción de su biografía. Así se inicia el libro con el Che del final, el que en la primera viñeta antes de disparar
piensa, debo tirate soldadito, el precio de tanta miseria, debo tirarte soldadito. Viñeta que justifica la lucha armada y
al mismo tiempo diferencia al inevitable adversario del verdadero enemigo. En la parte biográfica Oesterheld presenta
primero la reacción solidaria de Ernesto Guevara ante el dolor físico, las enfermedades que afectan a los más débiles y
especialmente la lepra, nos cuenta sus primeros viaje y como a través de ellos conoce esa geografía de la enfermedad y
el dolor. El siguiente peldaño de su evolución política es el de detectar la raíz socio-política de esa situaciones, rechazar
el dominio de la desigualdad originada por la injusticia y querer actuar contra ella en el marco político. Con la confluencia
con Fidel Castro y su lucha contra Batista se conforma ese prototipo de hombre de acción revolucionario que entra en la
mitología contemporánea. La biografía de Oesterheld contribuye en cierta manera a esa mitificación del hombre que
persiguió el sueño del hombre nuevo, consciente de las limitaciones del hombre y de sus creaciones, entre ellas las
revoluciones. En ella se hace constar la tremenda capacidad de trabajo y de entrega del personaje pero se pasa por alto
fracasos como el de la etapa de industrialización de impulsó en Cuba siguiendo esquemas apartados de la realidad, así
como, es de suponer que por diferentes motivos, su estancia en África. Se insiste en esa voluntad de acercarse al hombre,
a la persona, incluso en el trato con esos indios que habían de traicionarle en Bolivia. Vale la pena constatar como la Historia
que parecía haber desautorizado la última acción del Che ha rectificado en parte ese juicio con el, por ahora, triunfo indigenista
de Evo Morales y del MAS en Bolivia De todos modos, la figura que Oesterheld define, es la de un hombre de acción, que
une a un profundo sentido de la justicia y de la solidaridad con los débiles una excepcional capacidad de entrega solidaria
en la defensa política de aquellos frente a los poderosos.




Evita




Esta debía ser una continuación de la serie de biografías iniciada con el Che, y que se interrumpió ante la persecución
que sufrió esa obra y que acabó dejando a medio hacer, de forma que este libro es una reconstrucción de Doedytores
realizada en el 2002 sobre el argumento original de Oesterheld , pero con los dibujos realizados por Alberto Breccia
en 1970. Seguramente esta autoría a medias influye en que sea una obra menor comparada con Che, ya que
narrativamente se asemeja mucho a un libro ilustrado, sin secuencias gráficas autónomas y con viñetas con mucho
texto en las que la imagen ilustra este o como mucho complementa. Sin embargo tiene el valor de aportarnos
información a todos aquellos a los que el fenómeno del peronismo nos resulta extraño. La biografía aporta pocos
datos sobre la formación de Evita, aunque insiste en sus orígenes humildes y en su rechazo hacia las injusticias.
La relación sentimental con el coronel Juan Domingo Perón, que desde la secretaría de Trabajo y Previsión del
gobierno militar había llevado a cabo medidas favorables a los trabajadores, la que provoca su implicación
política y su fulgurante popularidad como oradora que sabe sintonizar con amplios sectores del pueblo, los
descamisados. Por lo que nos explica Oesterheld, lo que distinguió la obra política de Evita fue la realización
de obras sociales y la atención a demandas particulares de los más desfavorecidos, aportando con ello el
componente social más claro y popular al peronismo. No deja de ser significativo que Evita identificase el
cambio político con la figura de su marido y subordinase su actuación a la de aquel, pero sin embargo cuando ella
falta el gobierno peronista se muestra errático y va hacia el desastre

También es llamativa la descripción del viaje a España que Evita Perón realizó a España en 1947, narrado con un
triunfalismo que llega a afirmar que el pueblo español en pleno se reunió para homenajearla, lo que obvia las duras
condiciones de dictadura que entonces se padecía aquí y la imposibilidad de la mayoría del pueblo para expresarse libremente.




Latinoamérica y el imperialismo 450 años de guerra
El peronismo es la fe popular hecha partido en torno a una causa de esperanza que faltaba en la Patria Esta frase
pronunciada por Evita y recogida en el libro anterior, nos da bastantes pistas sobre la idiosincrasia de una ideología
que identifica la fe y la esperanza, dos de las tres virtudes cardinales católicas, con los objetivos y organización del
pueblo dentro del marco de la Patria.

La lectura de Latinoamérica y el imperialismo 450 años de guerra nos confirma estas aproximaciones y nos ofrece
lo más parecido al ideario de Oesterheld, identificado con el de los Montoneros. Esta obra ilustrada con fuerza y
expresividad por Leopoldo Durañona es una serie que se publica entre 1973 y 1974 en la revista semanal El Descamisado
órgano de los Montoneros, y se anuncia con la voluntad de contar la historia de cómo nos robó el imperialismo. Objetivo
que más tarde matizó el guionista cuando afirma, en una entrevista que le realizaron Trillo y Saccomano el 5 de
marzo de 1975. Esta historieta, aunque pudiera tener doce o catorce cuadros, me costaba mucho más esfuerzo que
tres guiones para ( la editorial) Columbia. No sólo había que documentarse sino encontrar cosas claves que tuvieran
que ver con el presente. La historieta trazaba constantemente un paralelo entre el pasado y el presente. Eso fue una
cosa que surgió del trabajo, al hacerlo. No fue inicialmente deliberado. Se trata pues de una revisión de la historia
argentina que no sólo quiere ajustar las cuentas con las deformaciones y tergiversaciones del pasado, sino que
convierte a ese pasado en un reflejo del presente, en una guía que denuncia los errores, las injusticias y las traiciones
de la realidad contemporánea de los lectores. Es una obra que incorpora la función de la agitación y propaganda de
adoctrinamiento y que tiene por tanto subjetividad y apasionamiento en altos porcentajes. Por otra parte la obra
peca de un esquematismo que aparece casi como inevitable si consideramos la desproporción que hay entre el objetivo
narrativo asumido y el espacio disponible de dos páginas semanales, desfase que incide también en el empobrecimiento
del lenguaje historietístico.

La obra se estructura en una sucesión de episodios sobre la conquista y consolidación de la independencia argentina,
vistos desde la perspectiva del enfrentamiento con diferentes imperialismos que han actuado sobre América Latina.
Lógicamente la dominación española ocupa los primeros capítulos, aunque pronto se ve acompañada por las intrigas
e invasiones inglesas, que poco a poco pasarán a ocupar un papel protagonista. Como la obra acaba en la recreación
del gobierno de Urquiza en 1852, el imperialismo yanqui sólo es citado como referencia.

La dinámica de la narración se desarrolla sobre la base de la dialéctica entre las fuerzas que preconizan, aplican o
desarrollan la independencia y la actividad intervencionista de potencias extranjeras unida a la colaboración de la
propia oligarquía. En esta pugna hay dos tipos de protagonistas: las personalidades, generalmente militares y políticas,
que se alinean en uno o en otro bando, y los colectivos, el pueblo y la oligarquía que apoyan a aquellas. Todos, se mueven
en un continuo combate en el que la voluntad del pueblo y sus adalides es traicionada por conspiraciones y por el mercadeo
de fidelidades y traiciones. El pueblo actúa como masa que apoya a los dirigentes que defienden la patria, el vocablo más
repetido con creces en toda la obra y que según el autor representa el interés supremo, especialmente cuando va acompañada
del calificativo de grande con el que se señala al objetivo de una América del Sur unida. En el capítulo dedicado a las
invasiones realistas, o sea de la monarquía española Oesterheld describe así la adhesión popular a la resistencia contra
el invasor: paisanos pobres sin otro bien que el viento y el cielo pero con más pelotas que nadie, deciden enfrentar con
sus chuzas y trabucos a los aguerridos soldados que mandan los poderosos señores del imperio y de la guerra. No
preguntan si hay apoyo, no les importa si alguna vez llegaran a vencer, saben que el enemigo se viene, eso les basta ,
se levantan. Este texto que no deja de ser una referencia a la situación política en la que se realizó la obra, explicita una
mitología del pueblo, en la que conviven la generosidad, el arrojo y los órganos sexuales masculinos. Lo último es
coherente con el talante de una obra en la que las mujeres están ausentes salvo por uno de los capítulos del final,
dedicado a las soldaderas, las mujeres que acompañaban a los soldados, figura que no deja de ejemplificar la
subordinación al rol masculino. Otra contradicción que el autor no oculta es el hecho de que la consolidación
de Argentina se realiza con la marginación del indio. Aunque el intento de salvar esa realidad, mediante la
culpabilización de la oligarquía, no deja de ser una verdad parcial, hay que señalar que Oesterheld no oculta la
barbarie que significó la guerra del indio del mismo modo que rinde homenaje a los esclavos negros que fueron
liberados para ser incorporados al ejercito. Otra constante destacable en la serie es la reivindicación federal y la
recriminación a Buenos Aires, a la sociedad porteña de una actitud egoísta e insolidaria respecto al resto de Argentina.

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